Nacidas para sufrir

Después de pasarse toda la vida cuidando a sus padres y luego a su tía, Flora recibe la visita de sus tres sobrinas que le proponen abandonar la casa familiar del pueblo para irse a vivir a una residencia. Pero Flora está encantada con su huerto y sus animales y, sobre todo, con la ayuda de Purita, una chica que le viene echando una mano desde hace muchos años y a la que le propone, ni corta ni perezosa, dejarle todos sus bienes aunque, para dejarlo todo bien atado, tenga que casarse con ella. Comedia de convivencia de mujeres, la octava película de Miguel Albadalejo (Pilar de la Horadada, Alicante, 1966) está protagonizada por Petra Martínez (genial intérprete pero que le hacen lucir una peluca horrorosa durante todo el film) y Adriana Ozores (en un registro nuevo de chica tonta que borda y aunque su pelo sea auténtico se nota demasiado la labor de moldeado cuando sale fuera de casa). Curioso guión que parte de una idea brillante (decidir el destino personal ayudado de unas leyes tolerantes), la película en ciertos momentos roza la caricatura y el esperpento (posiblemente a propósito). Rodada en el maravilloso pueblo valenciano de Bocairent (ese ambiente de sus calles, verbenas, campos y tiendas es otro protagonista más), cuenta con un buen trabajo de investigación del lenguaje popular. Historia amable de ama y esclava.