miércoles, 3 de septiembre de 2008

Fortaleza

En 1649 los holandeses construyen un fuerte después de pelearse con los indios y los portugueses y comienza el esplendor de una ciudad que se hizo rica exportando algodón. Ahora tiene más de dos millones de habitantes y como estábamos allí en jueves, nos fuimos a la Praia do Futuro, al Chico de Carangueijo a comer centollos y escuchar una orquesta de forró. Hicimos una excursión a Canoa Quebrada, que es una playa que los hippies pusieron de moda en los sesenta: una señora que había tenido siete maridos vendía aceites para masajes y J.J. nos hizo comprar su disco de música de buen rollo (también tuvimos que tirarnos en una tirolina a un lago, nos comimos una langosta grellada y bebimos melosca -capiriña con miel-). Nos encantó el Teatro José de Alencar, de principios del siglo XX -lo enseña un chico muy simpático que es una de las seis personas que saben bailar flamenco en toda Fortaleza-; el Centro Cultural Dragáo do Mar, con sus museos, restaurantes y librerías; la Plaza Ferreira, con su reloj y su cine antiguo; el Museo de Ceará, sobre la cultura de la zona y la vida del Padre Cícero, héroe local (también hay una cabra famosa disecada); el ambientillo de la Feira Beira do Mar; el Puente de los Ingleses (embarcadero), la Catedral de San José inaugurada en 1978 , muy francesa, con unas vidrieras muy elegantes y el Mercado Central donde compramos anacardos que ahora los voy comiento despacito y que me traen el sabor y la felicidad de un Brasil inolvidable.

9 comentarios:

senses and nonsenses dijo...

menudo reportaje sobre brasil te estás marcando, inolvidable. excelentes textos como siempre y unas fotos preciosas.
por aquí se te echaba de menos.

un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Otra entrega genial de la crónica viajera. Perdón por mi ignorancia, pero no sabía qué era forró hasta que no lo he buscado en Internet. Los centollos, sí, pero hace tiempo que no practico.

Justo dijo...

¡Madre mía!

Y el chico, ¿os hizo una demostración de baile?

Capri c'est fini dijo...

Veo que estás alucinando en Un país tropical.... y es que Brasil debe ser mucho Brasil... lleno de contraste, lo mejor de la naturaleza y lo peor del ser humano, e incluso viceversa. Genial la crónica viajera. Saludos.

Javier dijo...

Supongo que para no repetirme me quedaré en demostrar que he pasado como siempre por aquí.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

¡Ay guárdame un anacardo, por favor, si te quedan! Todo esto es de imprimirlo, ya es una guía de viaje...Con la simplicidad y normalidad de que pareciera que hubieras estado en Guadalajara, ya digo, pero es el Brasil. Y lo que dice Justo, me imagino de verdad al chico ese haciendo una demostración de "siguiriyas", y me muero...¿Hay parte picante al final, en los desplazamientos entre sitios y ciudades? Cuenta, cuenta....

Blanca Miosi dijo...

¿Y qué son anarcardos? ¿y centollos?
Me gustó recorrer la Praia do Futuro, y el teatro José de Alencar, así da gusto viajar.
Gracias por pasar por mi blog,

Saludos!
BM

Anna dijo...

Qué pasada!!!!!! Esto sí que son crónicas de viajes y reportajes bien hechos y lo demás son tonterías!!!!

He vuelto después de un par de meses alejada de todo por un mísero trabajo. Ahora, necesito unas vacaciones y creo que tus comentarios pueden hacer que elija destino...
En principio me voy sola y no tengo ni fecha, ni duración... Te conteré qué es lo que hago al final!!!!

Un beso enorme,

Anna.

Felipe Sérvulo dijo...

Que gusto leerte.
Un abrazo.