Fuera de carta

Que la identidad sexual de una persona sea el motor que guíe la narración de una película y ocasione cada cinco minutos un gag de humor (generalmente ordinario, soez) hacía tiempo que no se veía en una película, vamos, yo pensaba que desde que Mariano Ozores se había jubilado habíamos tenido la suerte de jubilar también esos personajes recitados por Paco Martínez Soria, Alfredo Landa, Emilio Laguna, Valeriano Andrés o José Luis López Vázquez. Bueno, pues ahora tambén entra en ese club de (buenos y entrañables) actores el pobre Javier Cámara. Durante toda la película se ríen de él, le insultan, le hacen chistes, le menosprecian (esa frase de Lola Dueñas: "¡si ni siquiera eres un hombre!"), ha tenido que alejarse de su familia para vivir en el que se supone el más rastrero y oscuro de los mundos posibles. Bueno, a lo mejor exagero, se trata lógicamente de una comedia, de un capítulo alargado de 7 vidas o más concretamente de Aquí no hay quien viva (ese crítico que va a dar una posible estrella michelín al restaurante del protagonista), pero ese supuesto humor llega un momento en que harta y te hace pensar, pero de qué me estoy riendo y piensas en la incomprensión y en la intolerancia que todavía existen en esta España moderna y divertida.