Casual day

Max Lemcke, madrileño de 40 años, licenciado en comunicación audiovisual por la Complutense y trabajador durante 12 años en Telefónica ha estrenado su segunda película. La primera, Mundo fantástico (drama ambientado en un club erótico) permanece inédita. Aquí habla de la práctica empresarial al parecer muy extendida en Estados Unidos (y que va llegando a nosotros)de llevar de vez en cuando de excursión -vestidos de sport, preferentemente al campo-, a los trabajadores de una empresa para estimular las relaciones personales, reducir el estrés y mejorar la actividad, a la vez que hacen batallitas tirándose con escopetas pelotas de pintura. Todos los entresijos de poder, ambición, envidias y putadas de la oficina salen a la luz entre las brumas de un hotelito en un valle idílico. Si me ponen en una película a Juan Diego, Luis Tosar, Alberto San Juan y Carlos Kaniowsky echándose puyas para ver quién es el más listo y, sobre todo, asustando a los nuevos fichajes (esos chicos y chicas con un contrato inestable), la cosa se pone a buen nivel. Película de humor laboral con todo lo delicado del asunto (tu sueldo depende de que le caigas bien al jefe), enlaza con este tipo de cine de la tragedia y la comedia de los compañeros de trabajo y la hipocresía de las formas sociales.