jueves, 26 de febrero de 2009

So happy together

Israel y Palestina. Y lo difícil que es llegar a entenderse. El Centro Nuevos Creadores presenta una obra de la compañía Apata Teatro dirigida por José Bornás, escrita a cuatro manos: Yolanda Pallín, Laila Ripoll, José Ramón Fernández y Jesús Laiz. Cuatro personajes en escena: Una joven palestina que trabaja como voluntaria ayudando a trasladar enfermos en una ambulancia y a la que un soldado israelí no le deja pasar un control; un hombre israelí que trabaja como soldado impidiendo el paso de palestinos en la franja de Gaza; una madre palestina a la que acaban de disparar a su hijo que jugaba en la calle y un soldado israelí que disparó a un niño que salía detrás de unas ruinas con un arma en la mano. Como puede comprobarse, son cuatro historias interconectadas, cuatro monólogos en la forma pero con pinceladas de diálogos (a menudo imposibles) y cuyo punto de eclosión es un atentado terrorista en una zapatería de Tel-Aviv. Maravillosos actores: Delia Vime, Eduardo Velasco, Elena Octavia y Alejandro Sánchez Sigüenza. Escribo sus nombres porque no son famosos pero son buenos y tienen una proyección vocal y física muy interesante. Judíos y musulmanes. Historias basadas en lo que pasa en las calles: los niños, víctimas y esperanza de un futuro ¿posible?

5 comentarios:

senses and nonsenses dijo...

es importante que desde el teatro, o cualquier tipo de expresión, se hable, se escuchen diferentes puntos de vista, se intente buscar soluciones, ...pero la realidad es muy jodida. hubo un momento de esperanza, pero ya ni eso es posible, el conflicto está demasiado enquistado. de verdad, es jodido pensarlo y decirlo, pero no veo solución posible a los problemas entre Palestina e Israel.

un abrazo.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Mensajes, Caminos, capiteles...Me encantan las nuevas fotos. Y la de las Columnas del Templo de Artemisa me chifla.
La obra, tal y como la cuentas, merece la pena. No me digas que me la quitan mañana, anda.
Besotes.

Justo dijo...

Voy a permitirme una frivolidad en este dramático contexto: varones israelíes y palestinos me gustan por igual. Seguro que si follaran más entre ellos la cosa iría mejor.

La obra parece muy interesante, desde luego.

Javier dijo...

El teatro como punto de encuentro y de sensibilización, ¡ojalá sirviera para que habláramos más y escuchásemos!, sólo del diálogo salen las soluciones.

Xavier dijo...

Un mundo sin palabras.
Hablar, tal vez se habla demasiado, quizás el problema es que la “palabra” jamás llega ha ser realmente escuchada.
Se pierde la realidad por el camino de la incomprensión.
Recordemos que el ser humano es el único animal que tropieza mas de una vez con una misma piedra.
Los seres que habitamos este pequeño planeta tenemos que realizar el esfuerzo de abrir mas las orejas.