domingo, 11 de enero de 2009

Cuentacuentos

Sobre el pequeño escenario de Libertad8 se sube el artista y durante hora y cuarto o así nos encandila con sus cuentos. El poder de la narración y la sugestión de los gestos y la manera de mirar o de hablar del actor o cuentista es un arte como otro cualquiera. O transmite o no transmite y bueno, yo creo que en este caso sí logra comunicar cosas. Son cuentos para adultos (historias que aunque no exentas de ternura tienen una buena dosis de maldad): El niño que colocó en sus personajes del belén un teletubbie, un vaquero tipo Lucky Luke y un indio de plástico atrapado en su peana; el hombre que no se entiende a sí mismo y busca en los personajes de sus comics las respuestas y resulta que ya no logra comunicarse con ellos; Dios creando animales y poniendo normas a la reproduccion y lo que pasa cuando las ranas le desobedecen y empiezan a tener sexo (animal) con todo bicho viviente; y la historia del Pez Mágico que concede todos los deseos del mundo hasta que se da cuenta que le piden cosas de pura avaricia malsana. Y también el artista coge su guitarra y canta: un homenaje a Humet (Sabes, toda la emoción de la adolescencia perdida, la cantó genial) y otra pieza de amor y desamor en la que el público tiene que hacer de coro. El artista se llama Carlos Viaga y lo mejor de sus cuentos es la manera en que los narra, con su cercanía y chispa divertida. Todo ocurrió, lógicamente, en el bar de actuaciones de la calle Libertad, nº 8.

8 comentarios:

Adela Abós dijo...

Pero que interesantes me resultan los argumentos de esos cuentos. Gracias Deme por compartir tus vivencias.

Por cierto, no te lo he dicho pero tu reportaje de Barcelona me encanta. Y el título con el que presentas "mi casica preferida", la casa Batlló, más. A mí también me ha parecido siempre una casa de cuento. Me vuelve loca!!! Jooo... quiero vivir allí.....!!!

pon dijo...

Libertad 8 siempre ha sido un lugar de cuentos especiales.

Jordicine dijo...

Pue parece muy interesante, sí señor. Un abrazo.

Belén dijo...

Que bueno no?

Yo se de un sitio sonde si hacen esas cosas en madrid...

besicos

Javier dijo...

Creo que si viene por aquí sería interesante ir a verlo, ya que por lo que cuentas resulta muy sugerente.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No hay nada mejor que alguien que sepa contarnos todos los cuentos del mundo.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Bueno, algo más en común contigo y con Pon: Me he pasado media vida metido en el Libertad 8, y quedando con gente allí, así que sé de qué hablas. He llegado a estar encima del escenario una vez (esas baldosillas de barro cocido), no debería decirlo, y espero sinceramente que no estuvieras, porque me puse super-nervioso, y lo hice fatal: Estaba Benito Rabal entre el público (el hijo de Don Francisco), y creo que se tapó la cara de vergüenza, ejejjeje. (Menos mal que Teresa Rabal, no estaba):-) ¡Qué espanto!:-)
Me ha pasado de todo entre esos muros, algún día lo contaré en mis memorias, si llego a mas edad y el blogoteo no me mata:-), pero de todo. Es un sitio que a veces te vas a tomar una caña, y a veces, te puede pasar cualquier cosa, yo creo que tiene gnomos y duendes, no te digo más...
Un sitio realmente delicioso de Madrid. No sé si ya Paco sigue siendo el dueño. Paco se ponía flores en la oreja, así, en plan cupletista, cuando le daba...pá servir cañejas...Salao, un encanto, y un poco p'allá pero en artístico.
Por cierto, que Pon quiere quedar contigo y yo también, y queremos conocer a Justo, ella me había dicho que era menos cortá y que te lo iba a decir, pero mira, al final me he soltao yo tipo Penélope: el sitio sería encantador pá tomar una cañeja o un té un día quién se apunte..., ya está, ya lo solté:-), y además es un lugar inter-generacional, inter-todo, un multi-espacio, y ponen unos kikos, unos pececillos de galleta y unos panchitos en cuencos, en raciones de las más generosas de la Villa y Corte...Así que ahí queda eso dicho cuando queráis...
Besotes.

Felipe Sérvulo dijo...

Un saludo. Me ha gustado tu relato.