miércoles, 8 de septiembre de 2010

Chocolatería San Ginés

El chocolate llegó a España procedente de México en el siglo XVI. Se empezó introduciendo en la corte, donde las damas pusieron de moda esa bebida aromatizada con especias, y posteriormente se difundió a otros países europeos. Beneficioso para el sistema circulatorio, se cree que tiene efectos afrodisiacos, rejuvenece el cerebro y calma la tos. Ubicada en el pasadizo de San Ginés, entre Arenal y Mayor, donde existió un mesón y una hospedería, desde 1894 da servicio y alegría a los madrileños, donde tomarse una taza acompañada de una ración de churros y un vaso de agua, es uno de los placeres más sencillos y reconstituyentes que uno se puede imaginar (3,50 euros). Justo al lado del teatro Eslava (hoy discoteca) es un lugar que tiene fama de acoger a altas horas de la madrugada a los que salían de ver sus espectáculos. Citado como la Buñolería Modernista en Luces de Bohemía de Valle-Inclán y uno de los escenarios de encuentros de los personajes de Alatriste, es uno de los rincones con más solera de Madrid. Por eso siempre está llena, sobre todo de turistas, y encontar mesa es un auténtico milagro. Cierran a las 7 de la mañana, cuando te tienen que empujar para desaparecer de esa hermosa estampa vital.

8 comentarios:

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Todo eso que dices con enorme elegancia sobre un sitio tan mítico, históricamente, se podría aplicar (aún) a cuando yo tenía dieciséis, tu dieciocho, e íbamos...y aún por los pelos.
Después de la última reforma-inauguración, con Gina Lollobrigida, sirven una especie de "Paladín a la taza", que realmente no hay quién deguste...Y está lleno de masas apelotonadas, que creyéndo ir a un sitio mítico (desconociendo las virtudes del chocolate con pureza, refinado), piden JB's ante gritos de camareros que con desgana, dicen que allí no ponen copas, sólo chocolate...Desdeluego los muros y las paredes del lugar, están llenos de fantasmas y espectros (pero debajo de los últimos pladures, ahogados en el pladur que no pueden salir):-).
Es mejor y más mítica tu entrada, que el sitio real en la actualidad...y allí como mucho, ya hay "subencargados" o lo lleva una mafia del Este:-). No sale la dueña entre risas ni de coña, como cuando teníamos quince...Pero es en lo que acaban convirtiéndose todos los sitios míticos: un Paladin a la taza, con posos flotando...sobre todo si es "hora bohemia"...porque claro, además es que tienen cien veces más clientes que cocinas y chocolate...
Besotes

senses and nonsenses dijo...

a mí me encanta el chocolate. para comer, pa'beber, pa'fumar...
me da muy buen rollo, ...y no engorda.

un abrazo.

Champy dijo...

Tiene razón Ripley, eres muy elegante, pero más que elegante, yo diría preciso, nunca te extiendes de más ni usas adejtivos tendenciosos, eres correcto.

Mmmm en lugar de la Lollobrigida (en una ocasión, María Félix , en una de sus celebrrimas apariciones en TV, cuando la cuestionaron sobre X peli que iba a hacer y no hizo, respondió: Se la dieron a una enana cabezona!.... era la Lollobrigida) hubieran llevado a Silvia o a la Katy a la reinauguración!

2046

Lola Mariné dijo...

¡Anda que no he amanecido yo veces en la Chocolatería San Ginés!
Pero eso era cuando el Eslava era teatro...
Me has traido buenos recuerdos de mis tiempos de Madrid.
Saludos.

Anónimo dijo...

Me defiendo en esa zona y apunto...

Javier dijo...

Que haría yo sin chocolate, es uno de los grandes inventos, además es tan antidepresivo.

Merche Gallart dijo...

Nada mejor que un chocolate con churros de madrugada, para combatir el resacón. Hace miles de años, en Bcn, habia también una panaderia en Ciutat Vella, recuerdo hasta la calle estaba en Correo Viejo y vendian ensaimadas de madrugada por una pequeña ventana para los que veniamos de juerga y pasabamos por alli...pues el olor que desprendia era inevitable hacer una parada.¡Ay... esos turistas que lo destrozan todo... Cuando voy a Madrid me gusta desayunar en el Caféde Oriente, me encanta el local!

Justo dijo...

Esto sí que es un clásico, y lo demás cuentos.