En pleno barrio de Prosperidad nos reunimos un grupillo para realizar una sesión de masaje de sonidos que impartía Jesús Cicuéndez en el centro Espacio Theman (Eugenio Salazar, 14). Se trata de estar tumbados una hora en el suelo y dejarse llevar por los cantos armónicos y las melodías de los cuencos tibetanos que salían de la garganta y de las manos de Jesús. Una auténtica terapia de salud que hizo que entrara en el interior de nuestro cuerpo un vendaval de aire fresco que se colaba por nuestras venas y músculos produciendo unos escalofríos muy reconfortantes.
Inmediatamente después, nos fuimos todos al café bar El Capricho (Eugenio Salazar, 8) a tomarnos unas cañas y unos huevos rotos con jamón. Resulta que en este bar es costumbre que todos los viernes a las 22 horas ponen imágenes en una pantalla de vídeo de la Virgen del Rocío y todo el mundo se pone a corear la salve rociera (olé, olé, olé, olé, al Rocío yo quiero volver a cantarle a la virgen con fe...). Bueno, pues aunque ya eran las doce de la noche debía haber una segunda sesión, ya que bajaron la pantalla, repartieron el folleto y todos a cantar como descosidos.
Tanto lo uno como lo otro son cosas raras (y maravillosas) que sólo pasan en Madrid.
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8 comentarios:
Y muy respetables además....
Yo siento una predilección muy especial por los hombres de fé...
Será porque a mi casi se me agota????
2046
Eres un auténtico todoterreno. Yo no se si podría pasar con esa facilidad del cuenco tibetano a la salve rociera.
Un abrazo
Vi a Jesús Cicuéndez en YouTube, y es fantástico. Los cuencos tibetanos son realmente sorprendentes.
Sí, es lo que tiene esta ciudad, que cabe todo y todo es posible. Espero que siga así.
Saludos
Bueno, tuviste un programa variado, y seguro que ambas actividades te aportaron algo bueno.
Saludos.
Como siempre un hombre de mundo, de mentalidad abierta, que sabe disfrutar de aquellos placeres que la vida nos regala y que son los que realmente importan.
Muy espiritual todo aunque fuera por diferentes cauces.
Te doy la razón, estas cosillas sólo pasan en estos madriles de Dios.
Un abrazo
Me parece todo casi como una aventura de "Cómo ser John Malkovich" ó de "Jo, qué noche", parecen como de película los dos "happenings" mezclados.
Besotes
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