Casa de Córdoba

No hay nada como un patio andaluz para cenar al fresco en las noches de verano. Eso es la Casa de Córdoba, un restaurante al aire libre en pleno corazón de Madrid (Victor de la Serna, 30), una gran terraza con una enorme palmera central y un montón de tiestos con geranios en las paredes con sus tejadillos y rejas. Fuimos 4 personas y pedimos como entrante salmorejo (crema a base de tomate, ajo, miga de pan, aceite de oliva y sal, con una ligera lluvia de clara de huevo picada y jamón serrano) y luego tortitas de camarones, fritura andaluza (calamares, cazón, chopitos, boquerones en una deliciosa costra crujiente), flamenquines (trozos de jamón y tocino enrrollados en lomo de cerdo, rebozado en pan rallado y huevo -de ahí el color amarillo que recuerda a los flamencos que llegaron acompañando a Carlos V- y fritos creando una forma estrecha y alargada) y gambas a la plancha, todo ello regado con un par de botellas del maravilloso vino Barbadillo (Castillo de de San Diego, blanco de la Tierra de Cádiz, varietal 100% Palomino fina, seco). En el postre, arroz con leche y tarta de queso con arándanos. Nos salió a 29,50 euros por persona. El ambiente repleto de familias y grupos de amigos; el servicio muy bueno.