miércoles, 24 de junio de 2009
Último viaje de Antonio Machado
El 28 de enero de 1939 el poeta Antonio Machado, su madre, su hermano José y su cuñada llegan en tren a Collioure, un pintoresco pueblo pesquero francés frecuentado en verano por artistas y bohemios y se instalan en el hotel Bougnol-Quintana, regentado por Pauline Quintana, simpatizante de la República española y siempre dispuesta a ayudar a los refugiados que llegan a su casa. Los cuatro llegan con lo puesto, sin dinero, con mala salud. Antonio sólo salió una vez del hotel para ver el mar. El 22 de febrero muere. Unos días depués su hermano encontró en un bolsillo de su abrigo un pequeño y arrugado trozo de papel con su último verso: "Estos días azules y este sol de la infancia". La madre moriría tres días después. Con estos elementos, Marco Canale ha escrito una obra que se representa ahora en el Teatro Muñoz Seca, con unas interpretaciones maravillosas de Francisco Vidal (el poeta) y Charo Soriano (la madre). Una historia de derrotados, de vencidos, de cansados. Atrás había quedado una vida también triste, la muerte de la joven Leonor, y una obra literaria intensa, íntima, de lenguaje sencillo pero con profunda alma. Dirige Ginés Sánchez este espectáculo de realismo mágico, de viaje privado a la memoria histórica.
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4 comentarios:
Me apetece mucho, Deme, le había echado el ojo y ahora con lo que dices más.
Además, soy muy de Charo Soriano, desde que la vi en TV en la adaptación de El demonio, un cuento de Guy de Maupassant, con Aurora Redondo. (Finales 70, El quinto jinete, realización José Antonio Páramo).
La historia de una generación, de un dolor sobre el que algunos quieren seguir echando tierra.
siempre se habla de Lorca, pero la guerra fue tb causante del último viaje de d. Antonio Machado.
tiene una pinta estupenda. a mí tb me encanta charo soriano, desde La casa de las Chivas.
una memoria histórica cada día más necesaria, estoy convencido de ello.
un abrazo.
Charo Soriano y Francisco Vidal, nada menos...La Charo Soriano de las grandes pelis de Saura, jo...
La historia del exilio español no tiene nombre: es horrorosa.
Machado en Collioure, y Goya en Burdeos...terrible. Y Alfonso XIII en Londres...Y Azaña...Y Buñuel...Y García-Lorca que no se salvó porque no quiso quedarse en Nueva York.
Dentro de la tristeza enorme que sintió Machado, le salvó que entendía la lengua del país en el que se murió de pena, por lo menos, ya que era catedrático de lengua y literatura francesa.
La obra tiene que ser una maravilla.
Besotes.
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