Un asturiano y un gallego

La Bubuja que ríe (Ángel, 16), en La Latina, es un asturiano que siempre está lleno de gente joven que grita y se divierte y bebe sidra natual que escancian ellos mismos con lo que el suelo siempre está lleno de mini-charquitos en plan taberna auténtica. Te sientan en taburetes de madera y están muy ricos los mejillones al vapor, los escalopines al cabrales y el pastel de cabracho. Los precios son populares, el servicio muy rápido, no es un lugar para postres (nos dio la sensación de que eran tartas industriales). Mucho jaleo y ambientillo de buen rollo es lo que te vas a encontrar, sólo para amigos del follón. Terra Mundi (Lope de Vega, 32), en Huertas, es un gallego que cuida las recetas de toda la vida, nos gustaron sus mesas con mantel de cuadros y sus armaritos con estanterías. El vino de la casa en un Mar de Rande (blanco) que estaba buenísimo y pedimos de entrada un surtido de empanadas caseras que daba gloria verlo. Luego nos decantamos por la brocheta de rape y langostinos con salsa de ostras para uno y el lomo de bacalao al pil-pil gallego con su piperrada para otro. De postre, castañas de Ourense avainilladas con chocolate y torrija de pan de nueces caramelizado con helado de miel. ¡Qué rico es cenar fuera de casa!