martes, 29 de enero de 2008
Los crímenes de Oxford
"El único crimen perfecto no es aquel que queda sin resolver, sino el que se resuelve con un falso culpable". El argentino Guillermo Martínez publicó una novela de asesinatos y matemáticas que logró un cierto éxito, con lo que su paso al cine parecía inevitable: la ciudad de Oxford, las secuencias numéricas como explicación de las conductas criminales, la admiración del alumno por el profesor...El resultado:¡Elijah Wood parpadea, es humano! El Frodo de ojos saltones comparte plano con la deliciosa ojazos Julie Cox, con lo que la cosa se equilibra de alguna manera. Además está Leonor Watling, que es como decir que cualquier película en la que sale ella está bien. En la batuta de todo el genuino Álex de la Iglesia que logra salir del encargo con mucha soltura, no en vano está acostumbrado a bestias, series deformes y personajes corriendo sobre tejados. Es una película entretenida, de intriga, sin pretensiones, amable, esas en las que hay que descubrir el asesino y luego las cosas no son lo que son sino que a todo se le da una nueva vuelta. Y además, está el maravilloso John Hurt con su personaje de experto en números y su rostro avejentado y experimentado en fórmulas para explicar la lógica de los acontecimientos.
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